Quito, 02 agosto 2022.-
Como si se tratara de una zaga de película de terror en la que los sobrevivientes son encontrados en condiciones vulnerables y todo parece haber terminado, entonces la cámara enfoca la mano de un desconocido que tiene una foto de la próxima víctima en su mano. Esto lleva a pensar que en la próxima producción el asesino volverá a provocar terror en la ciudad.
Así como película de terror volvió a resucitar la Ley de Comunicación del 2013 que con un informe de minoría aprobó la Asamblea Nacional de Ecuador y que llegó al escritorio del presidente Guillermo Lasso para ser vetada o aceptada.

Los ciudadanos presumen que la va a vetar y esto se desprende de la respuesta que dio a un reportero cuando le preguntó sobre el tema «Claro, por supuesto», asintió el mandatario.
¿Qué provoca tanto miedo?
La ley contempla la creación de medios oficiales, que estarían utilizando frecuencias de radio y televisión sumadas a las ya existentes conocidas como públicas que tiene el gobierno. También revive a los defensores de audiciencias, una especie de organismo inquisidor que se encarga de perseguir por todos los medios posibles a quienes expresan ideas distintas a lo que el gobierno de turno quiere que la ciudadanía piense. Esto a decir de analistas viola la libertad de expresión.





Y lo que más aterra es la creación del Consejo de Desarrollo y Promoción de la Información un organismo que ya existió y fue extinto en 2019 entonces se llamaba Superintendencia de Comunicación que cometió abusos en contra de los medios de comunicación y cuyo titular de cartera, Carlos Ochoa, recibió carné de refugiado en México y asilo político en Bolivia por formulación de cargos en su contra dictada por una jueza en el caso de falsificación de documentos públicos para sancionar a ocho medios de comunicación entre 2015 y 2016.
Esta nueva propuesta de ley llega como el trailer de una zaga de terror que vuelve a tocar la puerta de los millones de ecuatorianos que desde 2019 hasta la fecha volvieron a respirar sabiendo que su opinión sería respetada y que por ella no irían a parar tras las rejas.
Hoy los ciudadanos esperan que el ejecutivo vete la ley, pero en la Asamblea aún flotan los residuos de la leche cortada que quiere convertirse en queso.
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